El Rodeo I – El Rodeo II

Son los penales penitenciarios ubicados en el área del Municipio Autónomo Zamora, cerca de Guatire y donde se han escenificado en estos días escenas preocupantes y de un gran impacto, debido a la violencia que es determinante en este tipo de lugares y que es permanente en las cárceles de Venezuela.

Explicar la violencia penitenciaria es muy complejo, pero cualquier detalle puede hacer detonarla, porque ya el hecho del hacinamiento, los regímenes de visitas, la alimentación y la falta de audiencias oportunas, va alimentando el caldo de cultivo para que sucedan estos
hechos.

Efectivamente son delincuentes y deben estar presos, pero el punto es como se vive en esos penales, y también hay que preguntarse:¿cómo aparecen esa gran cantidad de armas, como puede permitirse el tráfico de armas y drogas dentro de una población llena de violencia, de resentimiento social y en su mayoría culpables de delitos bastante graves y violentos.

Lo cierto es que se hizo necesaria la intervención policial y allí surge otra interrogante, por qué se espero hasta que detonara el hecho violento, es que acaso, no hay supervisión, no hubo conocimiento previo del poder de bandas dentro de los penales, no sabían las autoridades que existe tráfico de armas, que la droga campea libremente entre los presos y esos dos hechos son solamente el punto focal de una violencia anunciada.

Y que decir de la  violencia contra las mujeres que están pendientes de sus familiares detenidos, ya ellas  llevan un gran sufrimiento a cuestas, pero son solidarias, y solo quieren que las cosas mejoren, que el trato sea más humano y sobre todo, que pare la violencia.

Hay que estudiar, analizar y comprender la situación de los penales en Venezuela, porque si hay injusticias, si hay violencia, si hay armas y drogas, si hay irrespeto, si hay abuso de poder, como en otras partes del mundo. Pero nos duele Venezuela, nos duelen nuestras mujeres, víctimas dobles, por el dolor de sus familiares que comenten delitos y por el dolor de cómo terminan en un penal venezolano.